26 abril, 2024

Cronología de la relación entre el FMI y el gobierno de Alberto Fernández

Luego de que Martín Guzmán al asumir como ministro de Economía sostuviera que iba a tener «una posición de no confrontación» con el FMI, hasta el reconocimiento que manifestó el organismo de que la deuda argentina es «insostenible».

Luego de que Martín Guzmán al asumir como ministro de Economía sostuviera que iba a tener «una posición de no confrontación» con el Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta el reconocimiento que hoy manifestó el organismo de que la deuda argentina es «insostenible» y requiere una «apreciable» quita a los acreedores privados, la siguiente es la cronología de los hechos acontecidos en estos 70 días.

2019

11 de diciembre: Martín Guzmán afirma en su primera conferencia de prensa como ministro de Economía que en la negociación con el FMI el Gobierno va a tener «una posición de no confrontación» y que «no tiene sentido recibir más desembolsos» por parte del organismo.

12 de diciembre: El vocero del FMI, Gerry Rice, asegura que las conversaciones con Argentina están en una etapa «muy incipiente», aunque apoyan las «reformas» y «las medidas de protección social» de la nueva administración.

2020

9 de enero: El director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alexander Werner, asegura en un reportaje con la cadena CNN que el gobierno argentino «se va moviendo en una dirección positiva» aunque en el organismo «están aguardando un plan económico de mediano plazo, más detallado que aún no está sobre la mesa».

15 de enero: Asume como director por el Cono Sur ante el directorio del FMI el economista argentino Sergio Chodos, quien ya había sido parte del equipo de Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen cuando estos eran ministros y viceministro de Economía y encabezaron la primera negociación con el FMI, en septiembre de 2003.

21 de enero: Guzmán asegura en conferencia de prensa que el Gobierno mantuvo conversaciones «en las últimas semanas» con el FMI a fin de reperfilar el sendero de pagos programados y que los encuentros se dieron en «un tono constructivo».

27 de enero: El Ministerio de Economía crea la «Unidad de Relaciones Técnicas con el Fondo Monetario Internacional», con el objetivo de asistir y asesorar al ministro Martín Guzmán en tareas relativas a la formulación y ejecución de la estrategia de las relaciones con el organismo multilateral de crédito.

28 de enero: Guzmán se reúne en Nueva York con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos; la directora adjunta del departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo, Julie Kozack, y el jefe de la misión del Fondo para la Argentina, Luis Cubeddu. Es el primer encuentro formal entre el funcionario argentino y el organismo multialteral.

4 de febrero: Guzmán se reúne en Roma con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, con quien dialoga sobre las «medidas para lidiar con la situación actual de emergencia económica y aquellas para solucionar problemas estructurales de la economía» del país.

5 de febrero: Georgieva y Guzmán participan de un seminario sobre deuda en el Vaticano, junto con el Papa y otras figuras internacionales, en el que la directora del FMI destaca el «diálogo» con Argentina sobre el programa económico y los pasos para la reestructuración de la deuda.

El mismo día, el Senado convierte en ley el proyecto de Sostenibilidad de la deuda externa tras una votación unánime, una herramienta jurídica y política que habilita al Ejecutivo a renegociar las condiciones de deuda con los tenedores de títulos públicos locales e internacionales.

12 de febrero: Llega al país una misión del FMI para auditar las cuentas públicas y mantener diversas reuniones con funcionarios del gobierno nacional, con vistas a renegociar la deuda de US$ 44.000 millones que mantiene la Argentina con el organismo.

19 de febrero: La misión del FMI concluye su trabajo después de una semana de reuniones con ministros y equipos de trabajo, y asegura que la deuda pública argentina «no es sostenible», que el superávit fiscal para enfrentar su pago «no es económica ni políticamente factible», y reclama una «apreciable» quita a los acreedores privados.