24 abril, 2024

Robledo Puch salió por primera vez de la cárcel en 44 años

Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino civil de la historia criminal argentina, salió hoy transitoriamente de prisión por primera vez en 44 años, al ser trasladado desde el penal de Sierra Chica hasta los tribunales de San Isidro para ser sometido a estudios médicos.

Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino civil de la historia criminal argentina, salió hoy transitoriamente de prisión por primera vez en 44 años, al ser trasladado desde el penal de Sierra Chica hasta los tribunales de San Isidro para ser sometido a estudios médicos.

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Foto: Clarín

El apodado «Angel de la muerte» o «Angel negro», de 64 años, llegó a las 9.30 a la asesoría pericial en una camioneta del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en medio de un importante operativo de seguridad y protegido con chaleco antibalas, y salió poco antes de las 10.50, sin hablar con la prensa.

Robledo Puch (nacido el 19 de enero de 1952) se encuentra desde 1977 en el penal de Sierra Chica (a 10 kilómetros de la ciudad de Olavarría y a 360 de Buenos Aires), aunque en rigor lleva 44 años preso.

En febrero pasado pidió un «indulto extraordinario» a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, para dejar la cárcel, lo que fue rechazado.

Robledo Puch es considerado el mayor asesino civil de la historia argentina y lo detuvieron cuando tenía 20 años, en 1972.

Fue juzgado y condenado en 1980 por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, 17 robos, violación, tentativa de violación, abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos.
Recibió reclusión perpetua por tiempo indeterminado, la pena máxima en Argentina.

Antes del fallo, frente el tribunal de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, Robledo Puch dijo: «Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano».

En numerosas ocasiones pidió la libertad condicional pero le fue denegada por los jueces, que consideraron que no estaba apto para ese beneficio pues no mostraba las reformas necesarias para acceder a él.

Robledo Puch llegó a pedir que lo ejecutaran con una inyección letal, pese a que en la Argentina no existe la pena de muerte. La Suprema Corte de Justicia bonaerense rechazó esa pretensión y la Corte nacional también falló en contra de un recurso mediante el cual intentaba salir de la cárcel.

DyN