23 abril, 2024

Procesaron con prisión preventiva al profesor de música del San Buenaventura

Así lo ordenó el juez Alfredo Cuello, a cargo del Juzgado Penal y Contravencional Nº 1. Juan Manuel Chaves es acusado de abuso sexual simple reiterado y corrupción de menores calificado.

Así lo ordenó el juez Alfredo Cuello, a cargo del Juzgado Penal y Contravencional Nº 1. Juan Manuel Chaves es acusado de abuso sexual simple reiterado y corrupción de menores calificado.

El titular del Juzgado Penal y Contravencional Nº 1, Alfredo Cuello, procesó y dictó la prisión preventiva al profesor de música del colegio «San Buenaventura», de la ciudad puntana de Villa Mercedes, acusado de abuso sexual simple reiterado, agravado en concurso real y corrupción de menores calificado en concurso ideal.

Según la resolución judicial, Juan Manuel Chávez, quien dictaba clases de música en el instituto de la comunidad Franciscana de esa ciudad, ubicada a 100 kilómetros de la capital puntana, fue acusado de abusar sexualmente de tres nenas y un varón, se le imputó el delito de corrupción de menores en un hecho y fue enviado a la cárcel en la tarde de ayer.

En los fundamentos de su procesamiento aparecen declaraciones de cinco psicólogas; otras que atendieron a los chicos de forma particular; una tercera que actuó como psicóloga de parte del acusado; las de los padres de los cuatro chicos abusados y una detallada descripción de las pericias realizadas por las profesionales.

En el relato de las víctimas aparece de forma reiterada la mención al juego «del gato y el ratón», sobre el que el juez afirma en su procesamiento de 92 páginas que «en un período ubicado a lo largo del segundo semestre del año escolar 2017, durante las clases de los días miércoles en el turno tarde con los niños de primer grado, división «B», el profesor de música con pretensiones pedagógicas jugaba al ´gato y al rató´».

Con el juego elegido por el profesor, las víctimas eran manoseadas (golpeados) en las nalgas y hasta se les bajaba la ropa interior a forma de castigo.

El juego, indicó el juez, «implica que los ratones, es decir, todos los alumnos corran y deambulen por el aula mientras suena una música o determinados ritmos, y deban detenerse, tirarse al suelo hecho una bolita con la cola levantada y taparse los ojos con sus manos, una vez que lo escuchado deja de sonar, momento en el cual el gato atrapa a alguno de los que no alcanzan esta última posición a tiempo».

«El juego continúa con el atrapado, convertido en el próximo gato, para de ese modo reiniciarse una nueva ronda, siguiendo así hasta que todos son atrapados y ya no quedan ratones», precisa el escrito.

Los cuatro niños manifestaron durante el año pasado «una temprana iniciación sexual», según la conclusión de las psicólogas, que los lleva a frotarse los genitales, bajarse la ropa interior con amigas o familiares, mostraron cambios en su comportamiento y algunos se mostraban agresivos, distantes o con bajas en el rendimiento escolar.

En uno de los casos analizados por el juez, una de las nenas sufría intensos dolores de cabeza los miércoles a la tarde, cuando tenía que ir a clases con Chávez y otra comenzó a hacerse caca y a manifestar dolor de panza ese mismo día.

Cuello sostiene que «este sólido panorama probatorio recapitulado, atestado de pruebas, indicios y presunciones, es una acabada demostración y determinante forma de acreditar los varios ataques a la integridad sexual de los cuatro niños hoy considerados únicas víctimas del profesor «.

El 7 de diciembre último, un padre efectuó la denuncia e informó al Instituto San Buenaventura que su hija de seis años, que concurría a primer grado «B», le había contado que el profesor de música, la hacía jugar al gato y al ratón, ocasión en la que procedía a efectuarle actos impúdicos.

A partir de su caso se sumaron 17 casos de padres que se presentaron en el expediente impulsando la investigación, bajo la sospecha de situaciones similares contra sus hijos.

Luego de más de 70 testimoniales, cuatro cámaras Gesell, tres allanamientos, secuestro de elementos informáticos y un primer fiscal apartado, el juez Alfredo Cuello consideró haber reunido las pruebas suficientes para ordenar la detención e indagatoria del sospechoso, al que le dictó la prisión preventiva, avalada por la fiscal 2 Daniela Torres.