19 abril, 2024

Prisión preventiva para el joven no vidente que apuñaló a un abogado

La jueza del caso consideró que no hubo elementos para probar la legítima defensa. Ernesto Fabián Zárate, la víctima, estuvo al borde de la muerte.

La jueza del caso consideró que no hubo elementos para probar la legítima defensa. Ernesto Fabián Zárate, la víctima, estuvo al borde de la muerte.

Fue un caso raro, con ingredientes atípicos para un intento de homicidio. Por un lado, la víctima, un abogado de buen pasar económico pero con evidentes problemas de adicciones que estuvo al borde la muerte tras ser apuñalado cinco veces en su propia casa. Este miércoles, en la sala del hospital donde aún está internado, declaró que no recuerda nada del traumático ataque y aseguró que perdona a su agresor, un joven no vidente que se gana la vida interpretando canciones cristianas en el centro puntano. El acusado sostuvo siempre que se defendió de una agresión. Pero la jueza Virginia Palacios consideró que no hay pruebas de que haya actuado en legítima defensa. Por eso lo procesó y lo envió a la cárcel.

El jueves 4 de enero a la mañana, tendido sobre un charco de sangre en el living de su departamento, Ernesto Fabián Zárate solo repetía dos cosas: que no quería morir y que quien lo había apuñalado con un cuchillo de cocina había sido “el ciego”.

Las heridas que sufrió comprometían tanto su salud que, ante la posibilidad de que no sobreviviera, la Policía le encargó la investigación a la División Homicidios.

Treinta y seis horas después, en inmediaciones del Parque La Cerámica de la capital, los investigadores detuvieron a Luis Ariel Vera, un joven no vidente de 31 años que se gana la vida como artista callejero en la zona céntrica de la ciudad.

Zárate, de 49 años, contó que conoció a Vera en el local de comidas “Pizza Star”, en calle Bolívar antes de Rivadavia, a la vuelta de su domicilio, y que el hecho de que fuera no vidente le causaba curiosidad. “Quería interiorizarme de cómo era su vida”, refirió.

Y la verdad es que la historia del acusado no tiene desperdicios. Nació en Misiones, con vista, pero por falta de recursos y negligencia de sus padres, según él mismo le contó a una amiga, perdió la visión definitivamente y terminó en un orfanato, donde aprendió a cantar porque había un coro.

A los quince años, cuando debió marcharse del hospicio, hizo de la música su oficio.

Heridas graves

¿Cómo fue que dos personas de mundos tan disímiles se vieron involucradas en una causa por tentativa de homicidio? La respuesta sea, quizás, el alcohol.

Según surgió de la investigación, el miércoles 3 de enero Zárate comenzó a beber cerveza temprano en la mañana. Para cerca de la medianoche, cuando se juntó con Vera en “Pizza Star”, el abogado estaba totalmente ebrio.

Eso no lo detuvo y continuó bebiendo hasta pasadas las cuatro de la mañana del jueves, cuando invitó a su departamento al ahora acusado y a otros tres jóvenes. “Fue todo shockeante y no sé si eso habrá hecho que tenga un olvido selectivo de las cosas”, contó en su declaración, en la que aseguró no recordar quiénes eran esas otras tres personas ni qué hicieron en su casa.

El abogado refirió que la pelea, que ocurrió cerca de las siete de la mañana, comenzó porque Vera se enojó porque no había más cerveza y él, que no quería “a más gente en su casa”, trató de echarlo.

También negó haber golpeado al invitado y refirió que solo se defendió del ataque, que fue sorpresivo y con un cuchillo suyo que estaba guardado en un cajón.

A pesar de esas acusaciones, Zárate lanzó frases como “con él yo no tengo ningún encono y lo perdono”.

Desorientado

Vera declaró dos veces ante la jueza Palacios, que subroga el juzgado Penal 1, y dio una versión opuesta a la de la víctima, aunque coincidió en varios puntos.

Dijo que era la primera vez que iba a la casa de Zárate, que no conocía el lugar y que eso le impidió irse cuando el abogado comenzó a tornarse violento porque sus otros invitados no le habían conseguido la droga que quería.

Contó que el hombre herido primero peleó con ellos, que se marcharon, y que luego comenzó a agredirlo a él con golpes de puño en la cabeza y los oídos, claves para orientarse ante su falta de visión.

Anteayer, en la ampliación de su indagatoria, aseguró que todo ocurrió en “fracciones de segundo”, que su intención fue defenderse y que nunca pensó que podía llegar a matar a su anfitrión.

También aclaró que, al notar que el abogado estaba mal herido, no dudó en llamar a una ambulancia y avisarle a la madre de Zárate, que confirmó en su declaración que Vera la ayudó hasta que llegó la ambulancia del Sempro.

Fabricio Danilo Luna, abogado del acusado, también es no vidente, y desde un primer momento apuntó la estrategia defensiva en busca de un cambio de carátula. Vera “es, sin duda, una persona con los mismos derechos y obligaciones que cualquiera, pero también merece que se tengan en cuenta los factores atenuantes. No por el hecho de no tener vista, sino porque el hecho de no tener vista en este caso lo colocó en una situación de indefensión mayor”, comentó el abogado. Y sostuvo que su cliente nunca tuvo la intención de matar.

Para Palacios, no está probado que Zárate haya incurrido en una agresión previa hacia Vera, lo que descartaría la legítima defensa esgrimida por el imputado.

Consideró, además, que hasta ahora, en la causa, no está probada la discapacidad del acusado.
Anoche, Luna adelantó que va a apelar el procesamiento.

Fuente: El Diario de la República