20 abril, 2024

Prisión perpetua para el asesino del ex jefe del programa VIH-Sida de San Luis

Un hombre fue condenado a prisión perpetua en la ciudad de San Luis por el crimen del ex jefe del programa provincial VIH-Sida, Antonio Ferrara, asesinado a golpes en 2010 cuando se encontraba en su casa, informaron hoy fuentes judiciales.

Un hombre fue condenado a prisión perpetua en la ciudad de San Luis por el crimen del ex jefe del programa provincial VIH-Sida, Antonio Ferrara, asesinado a golpes en 2010 cuando se encontraba en su casa, informaron hoy fuentes judiciales.

Antonio-Ferrara

La sentencia fue dictada por la Cámara del Crimen número 1 contra Walter Emanuel Ferreira (28) tras encontrarlo culpable de «homicidio calificado por la alevosía y criminis causa», es decir que lo mataron para ocultar otro delito, en este caso un robo.

La pena dispuesta por los jueces Domingo Flores, Silvia Inés Aizpeolea y José Luis Flores coincidió con el pedido que habían hecho durante los alegatos el representante de la familia de la víctima, Edi Bernardis, y la fiscal Diana Bernal.

Ferreira está preso desde junio de 2011 y llegó al debate oral con los plazos judiciales vencidos, por lo que sus abogados defensores, Guillermo Levingston y Alfredo García Garro, cuestionaron durante todo el juicio la investigación policial.

En tanto, la madre de Ferreira se encadenó más de una vez en la entrada del edificio del Poder Judicial puntano para solicitar la libertad de su hijo.

El otro detenido por el caso es Jorge Emiliano Barroso (26), capturado la noche del 6 de julio, alojado en la penitenciaría provincial y quien será juzgado en otro debate.

El hecho ocurrió el 3 de noviembre de 2010, cuando el funcionario provincial, por entonces de 48 años, fue hallado asesinado a golpes, maniatado y amordazado en su casa del barrio puntano Lucas Rodríguez, ubicado al sur de la capital provincial.

Según se dio por probado en el juicio, Ferreira ingresó con Barroso a la casa porque la víctima conocía a este último y les abrió la puerta.

Una vez adentro, lo ataron y lo golpearon hasta provocarle la muerte, tras lo cual robaron una computadora portátil y un reloj.

“Hay pruebas contundentes en contra de Ferreira, como su ADN en las cintas que se usaron para maniatar a Ferrara, ya que las mismas tenían manchas de sangre que le pertenecían porque habría sufrido un corte cuando estaba atando a la víctima», explicó Bernardis tras conocerse la sentencia.

Cuando fue asesinado, Ferrara llevaba más de diez años al frente del programa del Hospital Policlínico San Luis, bajo la órbita del Ministerio de Salud puntano y a la vez monitoreado por la cartera sanitaria nacional.

En el momento de su muerte, su familia aseguró que el profesional tenía en la boca una pastilla que se utilizaba en los tratamientos de HIV-Sida y que «vivía amenazado por un laboratorio», pero esto no se pudo acreditar en el juicio.

Según esa versión, a mediados de 2009, Ferrara le expresó a una amiga su «cansancio» y sus ganas de dejar el programa provincial, tras haber sufrido presiones por parte de un laboratorio médico que le habría ofrecido un viaje al exterior a cambio de la alteración de la estadística de infectados provinciales.
Sobre esos datos, se apoya la Nación para enviar la remesa de medicamentos a la provincia.

El crimen fue descubierto por una vecina del ex funcionario a la que él pasaba a buscar todos los días para llevarla hasta su trabajo.

Esa mañana, al ver que Ferrara no llegaba, la mujer fue hasta el domicilio y encontró la puerta de la reja abierta y la de entrada a la casa apoyada, pero sin cerrar.

Entonces, ingresó a la casa y lo halló muerto, tras lo cual dio aviso a 911.