El presidente de los EEUU, Barack Obama, recorrió junto a su familia las calles de La Habana, en una visita histórica que el mundo mira con atención.
Obama llegó ayer procedente de Washington con Michelle y sus dos hijas, quienes dieron una caminara en medio de la lluvia. El grupo pasó por el Palacio de los Capitanes Generales, donde está el historiador Eusebio Leal Spengler a quien mucho se le debe que todo este conjunto del barroco cubano haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Luego, se detuvieron frente a un enorme retrato de Lincoln que llegó acá cuando Estados Unidos luchó junto a Cuba en la guerra con España.
En la Catedral, que permanece en este lugar desde 1767, Obama fue recibido por el cardenal Jaime Ortega. Estuvieron charlando por casi 30 minutos antes de que el presidente volviera a subir a “la bestia” y recorriera un Malecón inusualmente desierto por las estrictas medidas de seguridad hasta la residencia del embajador donde pasó la noche.
La familia cenó en un restaurante muy pintoresco, que contiene todos los condimentos de la isla.
La antigua vivienda que ahora funciona como restaurante, está ubicada la calle San Rafael, entre Lealtad y Campanario, en el corazón de Centro Habana.
Se llama «San Cristóbal», el nombre de su inspirador y del santo patrono de La Habana, a quien se rinde tributo los 16 de noviembre.
El lugar data de 1940 y está repleto de artículos de decoración que sin dudas marcan su estilo: amistoso, abundante, autóctono, duradero y bien cubano.
