Un perro murió sofocado el domingo pasado cuando su dueño lo dejó encerrado en su auto y se fue a andar en kayak. El animal no resistió las altas temperaturas de esa jornada.
El hecho ocurrió en la playa en Quequén, provincia de Buenos Aires, y descubiertos por vecinos y turistas que estaban en el lugar.
La noticia tomó relevancia en las redes sociales, tras hacerse eco de activistas.
Alrededor de las 13 un grupo de personas se dio cuenta de la situación del animal y rompió uno de los vidrios del auto, un Peugeot 307, para intentar rescatarlo.
Lo llevaron hasta una veterinaria, donde fue tratado, pero el perro falleció.
