29 marzo, 2024

Francisco alertó sobre el peligro de «una gran guerra mundial por el agua»

El papa Francisco alertó sobre el peligro de «una gran guerra mundial por el agua», tras pedir que los Estados sean «garantes del acceso universal al agua segura y de calidad», una causa que describió como «fundamental y muy urgente».

El papa Francisco alertó sobre el peligro de «una gran guerra mundial por el agua», tras pedir que los Estados sean «garantes del acceso universal al agua segura y de calidad», una causa que describió como «fundamental y muy urgente» para la que pidió «unir todas nuestras voces», en el cierre del encuentro «Derecho Humano al agua», que culminó hoy en el Vaticano.

«La cuestión que ustedes tratan no es marginal, sino fundamental y muy urgente. Fundamental, porque donde hay agua hay vida, y entonces puede surgir y avanzar la sociedad. Y es urgente porque nuestra casa común necesita protección y, además, asumir que no toda agua es vida: sólo el agua segura y de calidad», dijo el Pontífice a quienes participaron durante dos días del debate en la Pontificia Academia de Ciencias.

«Toda persona tiene derecho al agua potable y segura; es un derecho humano básico, y una de las cuestiones nodales en el mundo actual», afirmó Francisco a los casi 100 expositores de cinco continentes que abordaron las problemáticas del agua.

«Es doloroso ver cuando en la legislación de un país o de un grupo de países no se considera al agua como un derecho humano. Es más doloroso aun cuando se quita lo que estaba escrito allí y se niega este derecho humano», lamentó.

En ese marco, el Pontífice diagnosticó que el tema del agua «es un problema que afecta a todos y hace que nuestra casa común sufra tanta miseria y clame por soluciones efectivas, realmente capaces de superar los egoísmos que impiden la realización de este derecho vital para todos los seres humanos».

«Es necesario otorgar al agua la centralidad que merece en el marco de las políticas públicas. Nuestro derecho al agua es también un deber con el agua. Del derecho que tenemos a ella se desprende una obligación que va unida y no puede separarse», sentenció el Pontífice, sentado junto a los coordinadores del encuentro, el cardenal brasileño Claudio Hummes y el argentino Luis Liberman, director de la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro.

«Es ineludible anunciar este derecho humano esencial y defenderlo como se hace, pero también actuar de forma concreta, asegurando un compromiso político y jurídico con el agua», pidió, tras los debate que tuvieron a su Encíclica Laudato Si como eje de las ponencias y antes de firmar una declaración con fuertes recomendaciones a los países para que adopten medidas que garanticen acceso universal a agua de calidad.

«Cada Estado está llamado a concretar, también con instrumentos jurídicos, cuanto indicado por las Resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2010 sobre el derecho humano al agua potable y el saneamiento. Por otra parte, cada actor no estatal tiene que cumplir sus responsabilidades hacia este derecho», reclamó junto al canciller de la Pontificia Academia, Marcelo Sánchez Sorondo.

«El derecho al agua es determinante para la sobrevivencia de las personas y decide el futuro de la humanidad», agregó el Pontífice en el foro en el que también intervino el el sindicalista José Luis Lingeri, quién se refirió a la necesidad de organizar y capacitar a los trabajadores del sector.

«Es prioritario también educar a las próximas generaciones sobre la gravedad de esta realidad. La formación de la conciencia es una tarea ardua; precisa convicción y entrega. Me pregunto si en medio de esta tercera guerra mundial a pedacitos que estamos viviendo no estamos en camino hacia la gran guerra mundial por el agua», agregó Francisco, en un marco en el que reveló que de acuerdo a Naciones Unidas cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua.

«Estos datos son muy graves; se debe frenar e invertir esta situación. No es tarde, pero es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua y de su valor esencial para el bien de la humanidad», lamentó.

«El respeto del agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos», planteó y propuso que «si acatamos este derecho como fundamental, estaremos poniendo las bases para proteger los demás derechos».

En caso contrario, aseveró, «¿Cómo vamos a ser capaces de velar y luchar por los demás?».

«En este compromiso de dar al agua el puesto que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado y del encuentro, en la que se unan en una causa común todas las fuerzas necesarias de científicos y empresarios, gobernantes y políticos», agregó al cerrar el seminario del que también participaron entre otros el presidente de Aysa, José Luis Inglese, y el filósofo italiano Gianni Vattimo.