29 marzo, 2024

De Vido fue acusado por el estado «deplorable» del Sarmiento

La primera audiencia duró unas cinco horas, que en su mayor parte estuvieron dedicadas a la lectura de la acusación en contra de De Vido por parte de la fiscalía federal de Ramiro González.

El ex ministro de Planificación Federal y actual diputado nacional Julio De Vido comenzó a ser juzgado hoy por su responsabilidad en la tragedia ferroviaria de Once y escuchó las acusaciones en su contra por el «deplorable» estado del tren Sarmiento.

La primera audiencia duró unas cinco horas, que en su mayor parte estuvieron dedicadas a la lectura de la acusación en contra de De Vido por parte de la fiscalía federal de Ramiro González, por los delitos de estrago culposo y fraude al Estado.

El requerimiento del fiscal incluyó acusaciones sobre la forma de funcionamiento, las «deficiencias» y el estado del ferrocarril Sarmiento, antes del choque del 22 de febrero de 2012 en la estación de trenes de Once, que mató a 51 personas, de las cuales una estaba embarazada.

Durante toda la audiencia De Vido estuvo sentado al lado de sus flamantes abogados, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiras, quienes asumieron su defensa esta semana luego de que al ex funcionario le renunciaron sus letrados, y nunca miró hacia atrás, donde estaban sentados los familiares de las víctimas.

De Vido llegó a Comodoro Py a las 9.20 y diez minutos más tarde comenzó la audiencia del primer juicio oral y público en su contra, donde también será juzgado el ex jefe de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos, Gustavo Simeonoff.

Luego de permitir el acceso a los fotógrafos para que registraran el comienzo del juicio, Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y Gabriela López Iñíguez comenzaron con la lectura del requerimiento fiscal. Desde Ushuaia y por videoconferencia, seguía el debate la jueza federal de esa ciudad Jana D’Alessio, nombrada suplente para este debate.

De Vido siguió la lectura sentado en la primera fila de la sala de audiencias, de cara a los jueces y de espaldas a los familiares de las víctimas ubicados tras un vidrio blindado, en el sector destinado al público: poco antes, se habían manifestado en las afueras del Tribunal con pancartas en reclamo por «Justicia para las víctimas del tren de Once».

El ex ministro escuchó inquieto, consultando su celular, entrelazando los dedos de sus manos, cruzándose de brazos o tocándose la barba, o mirando a su abogado mientras se leían uno por uno los nombres de todas las víctimas y las acusaciones del fiscal.

«Pese a las advertencias, no se dio de baja el contrato del Sarmiento», advirtió el fiscal González en su requerimiento al aludir al «afán de lucro» de la concesionaria TBA, que no realizaba -según la Justicia- las tareas de mantenimiento necesarias por «anteponer sus intereses económicos».

Esto está «en los orígenes de este suceso, con un sistema ferroviario que operaba TBA en una situación límite, por lo cual hechos luctuosos como el aquí ventilado podían ocurrir en cualquier momento», agregó el fiscal en su acusación.

La lectura incluyó transcripciones de escuchas telefónicas en las que empleados de la empresa concesionaria advertían sobre reiteradas fallas en las formaciones que hacían el mismo recorrido que el tren siniestrado.

La audiencia se interrumpió para un breve cuarto intermedio de 15 minutos y continuó luego con el requerimiento fiscal, al que le siguieron luego, y en forma resumida, los formulados por las querellas del caso.

Apenas iniciado el juicio, la defensa de De Vido hizo circular un comunicado en el que criticó las acusaciones e insistió con que la culpa del siniestro fue del maquinista de la formación, Marcos Córdoba, ya condenado en un primer juicio a tres años y seis meses de prisión.

Tras la lectura de las acusaciones contra De Vido, acusado por delitos que tienen penas de hasta 11 años de prisión, el tribunal dio lugar a las partes para hacer sus «planteos preliminares» cuya resolución fue postergada para las próximas sesiones.

La abogada Patricia Anzoátegui, representante la familia de una de las víctimas de Once, planteó su disconformidad con el agrupamiento de las querellas en dos grupos dispuesto por el tribunal porque no todos comparten «exactamente los mismos intereses».

A pesar de que ella quedó ubicada en el grupo B, sostuvo que le parecía inadecuado que en el grupo A hubieran hecho coincidir a una querella de familiares de víctimas que en el primer juicio de Once acusó a los ex funcionarios con la de otro grupo, representado por el abogado Javier Moral, que sólo acusó al maquinista.

Las cuatro querellas de los familiares de las víctimas fueron unificadas y estarán a cargo de los abogados Leonardo Menghini Rey, tío de Lucas Menghini, encontrado muerto dentro del tren dos días después del choque, y de Javier Moral.

Una de las querellas es representada por Gregorio Dalbón, abogado civil de la ex presidenta Cristina Kirchner, y que fue expulsado del primer juicio de Once por mal comportamiento, también hay una querella de la Oficina Anticorrupción y el fiscal del juicio Juan García Elorrio.

A su turno, la defensa de De Vido pidió tiempo para leer el expediente antes de hacer sus «planteos preliminares» a lo que el tribunal respondió que dispondrá de ese tiempo y deberá formularlos en la audiencia del próximo miércoles.