28 marzo, 2024

Cosquín Rock 2018: dos días míticos para el rock​

Un gran buffet de música para todos los gustos, sin dejar afuera diferentes atractivos fundamentales para el rockero, que feliz se encuentra en el medio de las sierras cordobesas, rodeado de música, piruetas de motos y bicicletas, tatuajes, los “Ángeles de Charly” y hasta la clásica peluquería del rock.

Por Samanta Mendoza
@ZamiMendo
@BichosDeCiudadSanLuis

La tradición más federal del Rock llegó a su edición número 18. Allá por el año dos mil comenzaba ese festival que año tras año se superaba así mismo, convirtiéndose en “el mito de las sierras”.

9 Hectáreas que componían este gran parque de diversiones del rock, con escenarios gigantescos en simultáneo: un gran buffet de música para todos los gustos, sin dejar afuera diferentes atractivos fundamentales para el rockero, que feliz se encuentra en el medio de las sierras cordobesas, rodeado de música, piruetas de motos y bicicletas, tatuajes, los “Ángeles de Charly” y hasta la clásica peluquería del rock.

El 10 de febrero comenzaba lo que sería la primera de estas sorprendentes dos noches. A las 14 horas las puertas del predio se abrieron para dar paso a más de 40 mil almas, de todas las edades. Entre los atractivos principales volvió a latir “el corazón de Patricio Rey” que celebró esta nueva edición, esta vez con un corto repertorio; pero antes el escenario vio brillar diferentes bandas, desde el convocante Ciro y los Persas, hasta la presencia de los míticos Creedence Clearwater Revisited. El broche de oro vino de la mano de la Fiesta Pastillera, que nuevamente fue bendecida con la clásica lluvia que caracteriza a este festival.

Del otro lado, los Pericos recorrían todos sus éxitos, con un set lleno de clásicos que se interrumpió con la aparición de Tosh. La presencia del jamaiquino le dio otro matiz y groove a la propuesta. Y como los escenarios eran seis, algunos decidieron ir a rockearla con Pez, que se presentaba en el Garage Quilmes, que horas antes vio brillar a Todo Aparenta Normal y Octafonic. Mientras tanto la carpa Geiser vio pasar a diferentes bandas patrocinadas por este sello discográfico, como Rayos Laser y Massacre.

El domingo comenzaba pasado por agua y los visitantes hacían cruz de sal para cortar la lluvia en Santa María. Una llovizna calló sobre El Mato, que pasó por el mismo escenario que Estelares, Los Espíritus y Ratones Paranoico, pero el barro salto gracias a Residente que “brindó por el aguante” de la mano de un infaltable “Aguante Casquín Rock!”.

La perla de la noche vino con The Offspring que resucitó ese espíritu de punk adolescente entre la multitud que disfrutó del gran show de los californianos.

Cruzando el predio, Carajo la rompió en el escenario alternativo lleno de metal, y el Geiser vio pasar a Pity Fernández (cantante de las Pastillas del Abuelo) que la noche anterior tuvo que terminar el show prematuramente por la lluvia. Antes de llegar al final pasamos por La Casita del Blues que entre sus artistas tuvo a Jose Palazzo, organizador de este gran festival y fanático del género.

El gran final vino de la mano de dos icónicas bandas del rock nacional, como lo son Guasones y Gardelitos, que hicieron vibrar a más de 40 mil personas, a las que no les importaba ni el barro, la lluvia o el frío, solo el Rock.

 

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