Cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo y es la mayor causa de muerte

El suicidio es la principal causa de muerte en el mundo con un deceso cada 40 segundos, superando a homicidios y guerras, sobre todo entre los jóvenes, por lo que debe ser considerado prioritario en las políticas públicas sanitarias, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) como aporte a la reflexión que se realizará mañana en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

«Considerado un problema de salud pública en los países de ingresos altos y emergente en los países de ingresos bajos y medianos, es una de las principales causas de muerte en el mundo, especialmente entre los jóvenes», señaló la organización de Naciones Unidas.

Añadió que «más de 800.000 personas en el mundo mueren por suicidio cada año, es decir, una muerte por suicidio cada 40 segundos, cifra que supera el número de muertes por homicidios y guerras combinados».

Ante esta realidad, este año el lema del Día Mundial es “Conectar. Comunicar. Cuidar”, en referencia a la necesidad de fomentar la conexión social de las personas en riesgo de suicidio, la importancia de hablar e interactuar y el rol de gobiernos y proveedores de salud para priorizar la prevención.

Como aporte, la OMS dio a conocer hoy la publicación ‘Prevención de la conducta suicida’ que reúne estrategias llevadas a cabo en la República Dominicana, Chile, Cuba, Guyana, México, Nicaragua y Puerto Rico, ofrece un panorama mundial e incluye una síntesis del informe sobre la mortalidad por suicidio en las Américas

Según el organismo internacional, en las Américas, cada año ocurren alrededor de 65.000 defunciones por esta causa prevenible.

En Argentina, de acuerdo a las últimas cifras del Ministerio de Salud de la Nación, del año 2013, el suicidio tiene una tasa del 7,2 muertes por 100.000 habitantes.

“Para poder adoptar estrategias de prevención del suicidio es importante tener en cuenta algunas conductas que indican posibilidades de riesgo, que pueden manifestarse como retraimiento, apatía, encierro y trastornos del sueño», explicó el médico Horacio Vommaro, director de Psiquiatría y Salud Mental del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA).

Para el profesional «también hay que estar atentos cuando hay reiteradas alusiones a la muerte o amenazas de suicidio o sentimientos de angustia y desesperanza”.

En ese sentido va el aporte de la OMS que “provee información esencial para entender mejor las conductas suicidas y las principales estrategias para su abordaje, desde el registro hasta la evaluación de las intervenciones, tomando en cuenta experiencias en curso en la región”, describió Débora Kestel, jefa de la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias del organismo.

La vigilancia, la restricción de elementos utilizables para consumar el suicidio, las directrices para los medios de difusión, la reducción del estigma, la concientización de la población, la capacitación del personal de salud, educadores, policías y servicios de intervención durante una crisis y posteriormente, son las sugerencias de la OMS.

«El suicidio es un tema complejo, con una multitud de factores intervinientes, por lo tanto no hay una sola respuesta a este problema», reconoció el ente de Naciones Unidas, por eso, la publicación que elaboró incluye capítulos sobre factores asociados con la conducta suicida que incluyen la religión y la espiritualidad, el uso de sustancias y el papel de la personalidad en el tratamiento y la prevención en los adolescentes.

Kestel resaltó que “los servicios de salud deben incorporar la prevención del suicidio como un componente central en las estrategias de salud”.

Desde 2003, cada 10 de septiembre se reflexiona especialmente sobre el tema, por impulso de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y Organización Mundial de la Salud.