Alumnos puntanos desarrollan un calefón solar con botellas plásticas y mangueras
Alumnos de una escuela de la ciudad de San Luis desarrollaron un novedoso calefón solar con botellas plásticas y mangueras, y pretenden instalar varios modelos en viviendas del barrio donde está emplazado el establecimiento educacional, para ayudar a los vecinos a solucionar los problemas de gas y luz que padecen en la zona.
La escuela «Progreso y Sueños» está ubicada en el barrio «500 Viviendas Norte» en la capital puntana, y tiene instalado y en pleno funcionamiento uno de los calefones fabricados por sus alumnos, que se utiliza para el aseo de la comunidad educativa y para lavar los vegetales de la huerta que han desarrollado en el lugar, donde siembran y cosechan lechuga, tomate, acelga, rabanitos y perejil.
La docente María José Andrada dijo hoy a Télam que «del proyecto participaron chicos del segundo agrupamiento, que tienen entre 8 y 12 años, y entre todos decidimos que vamos a producir dos calefones solares para instalarlos en domicilios del barrio para familias que realmente los necesitan».
En una de esas viviendas viven Lucrecia Pellegrini y Rodrigo Ochoa junto a 8 hijos, cuatro de los cuales asisten a las escuela «Progreso y Sueños» y en la restante está el matrimonio formado por Antonio Cuello y Angélica Machuca, que tienen 5 hijos, y uno es alumno de la escuela del barrio.
Ambos grupos familiares dijeron a Télam que «estamos felices de contar con este servicio, ya que por cuestiones económicas no tenemos gas natural, compramos gas envasado, que es muy caro para calentar el agua y cocinar, y además la energía eléctrica se corta de manera continua, por eso estamos muy agradecidos a la escuela del barrio».
Otros maestros entrevistados enfatizaron que «estos trabajos permiten relacionar directamente los contenidos del aula con la vida de todos los días, y permite a los chicos conocer la realidad».
El funcionamiento del aparato se basa en una botella plástica, que por calor solar crea un efecto invernadero, quedando atrapado el calor en el recipiente, y luego es absorbido por una manguera que traslada el agua caliente hasta un tanque, donde se almacena y puede llegar hasta los 55 grados centígrados.
Esta creación de los alumnos de la escuela «Progreso y Sueños» está participando de varias ferias de ciencias en esta provincia y en otros lugares del país.