18 abril, 2024

Abogada secuestrada aseguró que su ex pareja la obligaba a tener sexo con sus amigos y en público

La abogada que denunció que su novio la mantuvo cautiva casi dos meses en un departamento de La Plata aseguró hoy que el hombre la obligaba a mantener relaciones sexuales con sus amigos y en público.

La abogada que denunció que su novio la mantuvo cautiva casi dos meses en un departamento de La Plata aseguró hoy que el hombre la obligaba a mantener relaciones sexuales con sus amigos y en público.

abogada-secuestrada

Se trata de Vanesa Rial (40), quien declaró en el juicio que se le sigue al disc jockey Jorge Martínez Poch (51).

«Martínez me obligó a tener sexo oral con Pablo Rodríguez, en una casa que no sé dónde queda, yo lloraba y él me golpeaba. Martínez disfrutaba la situación, se excitaba y se masturbaba», recordó en medio del llanto en alusión al dueño del inmueble donde vivían.

Según relató Rial, en otra oportunidad, estando ella totalmente drogada en el departamento de Martínez Poch, éste llegó con al menos cuatro o cinco hombres, quienes abusaron sexualmente de ella.

«Después de obligarme a tener sexo con Rodríguez, desperté en un bar con Martínez, quien me insultó y me gritó que era una puta de mierda por haber tenido sexo con Rodríguez», afirmó.

Añadió que al salir del bar le «pegó con puños y patadas en la panza, en la cabeza», le «tiraba de los pelos y llegó la Policía, pero él no se a quien llamó y los policías se fueron».

«Me dejaron con él, que me decía `ves que no valés nada y sos una negra de mierda’, la cana está a mi favor», recordó.

Por las noches, la mujer era narcotizada y obligada a acompañar al DJ a varios bares del centro de La Plata y en varios de ellos, obligada a mantener relaciones sexuales delante del público que, a pesar de los gritos y la resistencia de ella, no impedían el ataque.

«Una noche fuimos a un boliche gay de 45, entre 8 y 9, de La Plata. Al entrar, todos lo saludaban, incluso había hombres que lo besaban en la boca y en un momento me tiró contra la barra, me bajó las calzas y me penetró delante de la gente, todos miraban y nadie hacía nada», relató.

Rial contó también que el hombre orinaba dentro de su boca y se reía al ver los intentos de ella de zafarse de él.

«Me decía que era normal tomar pis y que él iba a hacer lo mismo con mi pis, que eramos siameses; nunca me dejaba ir sola al baño, me acompañaba y se tomaba mi pis y si no me salía mucho pis me golpeaba», explicó la mujer.

También contó que el hombre solía abusar de una perra que una vecina le traía para cuidarla y tras embadurnar su pene de dulce de leche o mermelada obligaba al can a lamérselo.

A similar práctica sometía a Rial, colocando mermelada en su vagina para que la perra se la lamiera.

Rial precisó que el hombre le daba muchas pastillas e incluso le aplicaba psicofármacos inyectables, y también le daba ácido fólico, ya que quería tener un bebé con ella y estaba obsesionado con esa idea.