La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, afirmó que heredó una provincia que «en el último año de gestión» de Daniel Scioli «acumuló un déficit de 22 mil millones de pesos», y un Estado que «está más preparado para obstaculizar que para gobernar».
«Recibimos una provincia que en el último año de gestión acumuló un déficit de 22 mil millones de pesos. Encontramos un estado que está más preparado para obstaculizar que para gobernar, con un sistema de administración lento y burocrático», afirmó durante la inauguración de las sesiones originarias en la Legislatura bonaerense.
«La deuda social enorme, la provincia quebrada, un Estado que no puede hacer. Eso no es lo que hay, no nos vamos a acostumbrar a eso. La provincia no resiste más improvisaciones ni acciones de corto plazo. Durante la campaña no prometí soluciones mágicas y no lo voy a hacer ahora. Vamos a hacer lo que haya para lograrlo: trabajando 24 horas, estando cerca, haciéndolo juntos y diciendo la verdad», enfatizó.
«Hoy la provincia duele porque tiene la mitad de sus habitantes sin agua ni cloacas, con hospitales en demolición; la provincia no resiste mas improvisaciones a corto plazo, no prometo soluciones mágicas pedro las transformaciones son posibles», dijo Vidal.
La gobernadora inició su mensaje expresando que «este no es un tiempo de revanchas, es un tiempo de crecimiento» y agregó «no vamos a superar nuestros problemas buscando culpables sino uniéndonos y trabajando juntos».
En su discurso, destacó el normal inicio del ciclo lectivo, «hoy con los chicos en las aulas» y agradeció al presidente Mauricio Macri, «por creer en el valor del equipo».
Dijo que la agenda de trabajo «será ardua» y reiteró la necesidad de «trabajar juntos para poner adelante las necesidades de los bonaerenses».
Sostuvo que la «deuda social se soluciona con inversiones, pagando los mejores salarios y haciendo las obras que se necesitan, las que la gente espera», incluidas aquellas que superen su mandato.
Recordó que los primeros 83 días de mandato, «enfrentamos una fuga que puso en evidencia la crisis del sistema penitenciario que en algunos casos trabajaba en connivencia con el narcotráfico y estamos convencidos de dar la batalla contra la corrupción y la desidia y por seso comenzamos en la transformación de la Policía bonaerense».
«Empezamos a ordenar las cuentas de una provincia quebrada, redujimos un 30 por ciento los cargos políticos y bajamos a la mitad la pauta publicitaria», indicó.
